El golpe fallido
Fue un intento de golpe de Estado, fruto de la no aceptación de los resultados electorales, algo que ya se había expresado de diversas formas, desde el no reconocimiento de la victoria de Lula a su toma de posesión. Ocurrió justo una semana después de que Brasilia fue escenario de las manifestaciones democráticas más importantes que había vivido Brasil para la toma de posesión de Lula. Pero las manifestaciones de los bolsonaristas continuaron, apoyadas por el propio expresidente, quien siguió negándose a aceptar el resultado electoral, algo que sirvió de estímulo a las manifestaciones golpistas.